27.5.10

¿Has visto como cae la lluvia? *One Shot*

Hola!!!

One-shot de una pareja por demás extraña, uno de The Gazette y el otro de Nightmare ^^


Juju… siep me encanta escribir cosas sin lemon… solo espero ke alguien le guste


Unica Advertencia: Relacion HombrexHombre y yap n____n






¿Has visto como cae la lluvia?

- No me dejes – Grito en medio de la calle, la lluvia caía despacio, gota a gota mojando el negro asfalto, su corazón se rompió en pedazos, quiso correr tras el pero sabia muy bien que no podía – No me dejes – Dijo una vez mas en un hilo de voz, dejando que la persona con la que compartió cinco años de su vida siguiera avanzando hasta perderse.

- Vamos adentro – La mano de su mejor amigo lo jalo hacia un lugar techado a fin de evitar que se mojara – Déjalo Uke, solo déjalo – Lagrimas raudas surcaron sus mejillas perdiéndose en su camisa, el frio se coló a través de la tela,poniéndole la piel de gallina, todos en el restaurant lo habían visto: un espectáculo triste, estúpido, cómico. De todo.



- Basta Kai, deja de reírte de esa forma tan estúpida – Golpeo con los puños la mesa, mostrando su desesperación.

- ¿Qué diablos? Ha sido una buena broma y tu te encargas de jodernos la velada, que inconsciente eres – Le reclamo el bajista gazetto.

- No me digas lo que debo pensar, no soy el imbécil de Kai para dejarme de ustedes – Acoto. Tanto los de The Gazette como Nightmare quedaron atónitos, nunca antes Miyavi se había mostrado tan grosero.

- Miyavi tranquilo, ha sido una broma – Hitsugi trato de suavizar la situación.

- A la mierda con ustedes – Se levanto dispuesto a salir del pequeño restaurant donde en plan amistoso decidieron reunirse.

- Déjalo Kai, no vale la pena que vayas tras el – Ruki había notado hacia tiempo detalles en el solista de los que nadie mas se había percatado, notaba la presión que infringía contra el líder, su posesividad desmedida, así como los arrebatos de ira pero ni una sola palabra había salido de sus labios, no por que le fuese indiferente sino porque no pretendía ser entrometido.

Kai hizo caso omiso, se levanto tras el vocalista, el cual tomo su abrigo y salió del local, el baterista salió así sin su abrigo, intento tomarlo del brazo justo frente a la oscura calle que apenas era iluminada por un farol.


- No me vengas con idioteces – Dijo molesto.

- Pero ¿Qué he hecho? – Su voz estaba a nada de quebrarse no por el frio provocado por las ventiscas características de una gran tormenta que se acerca sino por el terror que sentía al escucharlo.

- No te aguanto, me tienes harto, es insoportable seguir a tu lado y tener que dar la cara frente a tus amiguitos.

- Lo hablamos después solo no te vayas así – Dijo notando que Ruka, Ni~ya, Ruki y Reita estaban detrás de el, manteniendo en su rostro una sonrisa afable.

- Y encima los tarados estos de la VAP están aquí, no estoy para este tipo de jueguitos amistosos, ni mucho menos para aguantar tu sonrisa estúpida – Sus palabras eran sumamente dolorosas.

- Vete a la mierda – Ruka estaba a punto de echarse encima – No tienes por que hablar así – Kai lo detuvo.

- Mira Kai, hace tiempo que no te quiero, que me asquea el hecho de dormir contigo, tus besos, tu cuerpo, tu voz, todas tus cursilerías me causan nauseas, simplemente el amor por ti si alguna vez existió se esfumo, tu estupidez lo destrozo, esas niñadas que haces agotaron todo.

- Hijo de puta – Reita no se aguanto y le golpeo el rostro.

- Agh, ni ganas me dan de ponerme a un nivel tan mediocre como el tuyo Reita – Hablo con desprecio mientras se encamino hacia el estacionamiento, nada pudieron hacer los demás, el estado de shock del baterista era evidente, Ruka lo tomo entre sus brazos.



- Déjame – El menor se alejo. Ni~ya iba a hacer lo propio pero fue impedido por Ruki, que les indico regresar al restaurant desde donde todos habían visto la escena. Sakito bebió un poco del café que tenia en la mesa.

- Después de todo parece que lo de sus andanzas con su guitarrista eran ciertas – Los demás no sabían que decir ni que hacer, era un secreto a voces, todos lo sabían, todos excepto el hombre que aun en la banqueta veía a la nada.



- ¿En verdad ha pasado esto? – Pregunto aturdido y molido.

- Uke, no se que decirte – Su llanto silencioso se veía aun mas doloroso.

- Pero si estábamos bien – Sollozo, el inocente Kai no había sido capaz de notar el cambio.

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“Cada cosa cae por su propio peso”

Después de esa noche Kai se deprimió mas y mas, aun no lograba comprender el ¿Por qué? Lo había buscado una y otra y otra vez sin resultado alguno, siempre alguien se negaba, Aoi no sabia que hacer, el siempre intentaba protegerlos del daño exterior sin embargo, con eso no podía, ningún protector mágico aislaría al baterista de ese dolor, Ruka hablaba a menudo con Uruha de la situación del menor pero este contestaba que estaba deprimido, Hitsugi solo un par de veces se había animado a intentar animarlo pero fracasaba, sus métodos no funcionaban incluso Yomi que era indiferente al asunto trato de sacarlo de su tristeza recibiendo por respuesta una bofetada del pelinegro justo al terminar su argumento con: “Miyavi es una mierda”

Nuevamente, todo terminaba como con Reita, su relación efímera había tenido un resultado devastador para el, no lograba explicarse como los hartaba de esa forma.

“Estoy harto de ti Kai” Se abrazo, mientras la tarde al igual que el derramaba gotas de agua, miro a través de su ventana, deseando ser parte de esas nubes oscuras que se llevaban todo lo sucio a su paso, estar en algún lugar sin realmente ser consiente de si.

No pudo mas, comenzó a gritar sobre su brazo, desesperado. Esperaba un milagro de amor, solo uno, pequeñito, por más insignificante que fuera para poder seguir, quería seguir siendo el Kai bromista y alegre, no quería a ese que se reflejaba en la ventana, al triste y lloroso, no. Vio como esas nubes grisáceas se deshacían, como la tarde moría junto con esa esperanza.

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- Kai, ya olvídalo – Dos meses ya, “el tiempo lo cura todo” que gran mentira, mas bien era como sensibilizarlo mas, muy poco quedaba de su sonrisa, incluso en las sesiones fotográficas lo habían notado, las bromas no eran parte de el, ni que decir de las sonrisas que prácticamente no adornaban su rostro.

- Me gustas – En medio de la sesión de fotos justo cuando el estaba con la mente a kilómetros de distancia.

Aun y cuando lo había escuchado fuerte y claro no contestaba, su rostro miraba sin expresión la cámara o mas bien perdido entre esa revelación “me gustas” esas palabras sonaban tan extrañas.

- Nunca me dejaste de gustar – Parpadeo un par de veces, asustado dirigió su mirada hacia el, temeroso poso sus ojos en sus pies, lentamente subió por sus muslos, por su cintura, pecho hasta llegar a su rostro – Solo te lo dije una vez, cuando estaba borracho pero era verdad.

Un mal sueño, si eso era, una terrible pesadilla, por que el nunca en esta vida o en la otra diría algo como eso, no el, menos a otro hombre, no eran años los que se conocían ni podía jactarse de poder leer sus pensamientos pero en definitiva no podía ser el.

- Despierta Uke, despierta – Se golpeo el rostro cerrando los ojos para volver a abrirlos y encontrarse en su cama pero seguía ahí, con el fondo blanco, las luces y cámaras frente a el, así como todo el staff.

- No puedo quedarme sin hacer nada mientras te desmoronas por alguien así, por favor, permite que te demuestre cuanto te amo, no te pido que me correspondas, solo déjame expresártelo, déjame sanar esas heridas – El menor comenzó a derramar lagrimas, ahí estaba su milagro. - ¿Has visto como cae la lluvia? – Pregunto.

- No – Apenas y se escucho entre su llanto la negación.

- Es como tu: oscura, fuerte, fría, triste y hasta dolorosa, pero limpia, pura, llena de vida, a su paso deja alegría – Kai No se movió.

- Ruka – El mayor se acerco, lo abrazo hasta que toda lagrima desapareció, nadie se había quedado dentro de la sala.

- Kai tu eres como las gotas que recias caen sobre esta ciudad, limpias todo a tu paso, nos muestras la fortaleza en la debilidad. Te Amo – Lo abrazo con fuerza, mientras la felicidad que con tanto ahincó pedía en cada una de sus plegarias se hacia realidad.

FIN

22.5.10

Esto es de hace muchas lunas, sin embargo, no puedo evitar no enseñarlo... demo no he podido descargar otro calendario, pero cuando pueda ¬¬ kukuku















21.5.10

Rima

Me he estado preguntando que tan dificil es escribir algun tipo de poema (decente) con rimas, U_____U a pesar de mis torpes e insuficientes esfuerzos creo que esto es relativamente agradble, no se pero sigo pensando que mis escritos son cursis XDD o tragicos u_ú

Lo escribi a eso de la 1 de la mañana del dia de hoy ¬¬ con razon mi madre siempre me grita ^^U
No tiene Título, estoy segura que le encotrare uno:


No importa cuantas veces te eche
Siempre de mi mente
No sales, esperas en un rincón oculto
Mirando hacia un futuro

Observas como un león a su presa
Amenazas mi cordura
Estoy a punto de llegar a la locura
¿Que esperas?

Corro hasta quedar sin aliento
Tú me encuentras al final del camino
Frio congelando mis entrañas
Tus caricias me desgarran

Mi cuerpo y mi mente no pueden
Deseo terminar este infierno
Mi cuerpo y mi mente no pueden

Esos ojos negros me inundan
Me ahogan hasta dejarme sin aliento
Caigo entre tus brazos
A cada momento me arrepiento

Sálvame de tus manos
No quiero seguir así más años
Libérame, aunque muera
Quiero dejarte afuera

Suelta mis alas
Elimina estas rejas

No quiero más,
Libertad, dame libertad

Mis sueños destrozados
No los puedo sanar
Con las alas rotas
No volveré a volar

Mi cuerpo y mi mente no pueden
Deseo terminar este infierno
Mi cuerpo y mi mente no pueden

Déjame, aléjate
Quiero ser libre
Si este mundo podrido me corrompe
No importa, no quiero ser tu juguete

Mi cuerpo y mi mente no pueden
Deseo terminar este infierno
Mi cuerpo y mi mente no pueden
Deja que al fin llegue mi muerte


Kui-chan [Matilde Martínez]21 de mayo 2010

14.5.10

Hoy en la mañana mientras me cambiaba tuve una especie de nirvana XDDDD
si me maraville del dia y decidi salir a tomarme unas fotos, lo exotico es ke son en sepia o en blanco y negro (a color no por ke no me gusto u.u) pero aun mas raro es ke salieron 105 fotos si lo mismo me pregunto
como diablos salieron tantas???

pero bueno...

Aki una de mis fotillos, es raro ke me exponga pero hoy ando de muuuuuyyy buen humor


jaja en vista de ke muy pocos entran a mi blog, si subire una foto a color ^3^











Dime tu nombre

TT___TT

Tengo desvarios de amor u.u kami mejor dicho obsecion xDD

entre esos desvarios esta el hecho de haber escrito un poema por eso U___U al cual titule Dime tu nombre

Seeee, cursi, cursi... pero desgarrador =D


Dime tu nombre

Que encerrado detrás de tus labios se encuentra
Que impaciente traspasar tu garganta desea
Pronúncialo, grítalo
Haz que mis oídos se embelesen de tu voz
Y mi cuerpo tatué tu nombre.
Solo dilo.

Dime tu nombre
Ilumina la callejuela de mi vida con el farol de tus ojos

Que destellos luminosos indiquen el camino que debo seguir
Dime tu nombre
Que en la alborada de mi vida a punto de sucumbir

aun mantiene la esperanza de saberlo

Dime tu nombre amado mío
para tener alguien a quien llamar en mis desvaríos
Solo dilo, para poder continuar en mi exilio.


-Mayo 2010-

11.5.10

Por siempre *One-shot*

Hola ^^

Pues esto es, ahmm, bueno es un one-shot de Entre sueños y realidades que no entra en la historia pero que quise hacer xDDDD

Es un m-preg (dígase hombre embarazado, como la canción de Gloria: Chica embarazada, en este caso chico ¬¬ ok nada que ver pero un poco de cultura no nos hace daño =P) entre Andrew y Patrick, esos dos son masoquistas, tienen cierta fijación por sufrir y hacer sufrir T____T por eso están como están, bueno aquí el fic, gracias por leer.


Nota: según yo tiene toques de comicidad y propio de mis fics extrañamente melosa u.u

Besitos, nos vemos




Por siempre

- Dime que significa esto – Señalo con el seño fruncido su estomago visiblemente hinchado.

- Yo que voy a saber, tal vez necesites desparasitarte – Contesto el oji-gris sentado al final de su habitación detrás de un escritorio.

- No juegues conmigo Andrew que no estoy para bromas, dime ¿Qué mierda le hiciste a mi cuerpo? – Exigió en tonos cada vez más altos. El mayor no sabia de que rayos hablaba, incluso a el le parecía extraño la forma ovoidea que había adquirido el vientre antes plano de Patrick.

- De verdad no se – Se levanto de su asiento para caminar hacia el menor, cada vez mas intrigado y hasta asustado, cuando estuvo cerca, estiro la mano descubriendo su estomago, se veía ligeramente dura y esa curva iniciaba justo debajo de su vientre, la palpo dudoso – Mmm – Dijo para agachar la cabeza.

- ¿Mmm? ¡¿Qué demonios significa eso?! – Grito exasperado señalando su barriga.

- No lo se – Ahí estaba de nuevo sin saber que decir o como actuar, si bien esa actitud tan desembargada se hacia propia de el esto estaba en los limites de la burla según Patrick, en menos de dos semanas desde que habían cohabitado por primera vez su cuerpo cambiaba cada vez mas, primero nauseas –que achaco a su alimentacion-, luego vómitos matutinos –parte de la misma excusa- para culminar con ese abultamiento.

- Basta Andrew.

- Mira niño, yo no soy medico para saber que demonios le pasa a ese cuerpo tuyo.

- Deberías, te lo digo Andrew donde este embara… - No pudo seguir, había tenido una revelación – Oh… - Tuvo un mareo intenso y se sostuvo de la pared.

- Oh ¿Qué? – El vampiro ajeno a las conjeturas mentales del humano lo miraba entre perturbado y hastiado.

- Creo que estoy en cinta – “Una broma” pensó el bebedor de sangre, eso debía ser una broma que se había inventado ese pequeñajo para mantener una relación estrecha pero ¿Por qué? No necesitaba de artilugios baratos para retenerlo a su lado, eso salía sobrando. Los ojos de Patrick se inundaron de lagrimas que amenazadoras intentaban desbordarse – No, no se – Se cubrió el rostro perplejo de lo que estaba sucediendo “por Dios ¡Soy hombre!” grito antes de resbalar al suelo.

- Debes estar enfermo del estomago, es así de simple Pat, los humanos son tan débiles y propensos a adquirir cantidad de enfermedades estúpidas no…

- Mierda no entiendes no es eso; es verdad estoy preñado – Sollozo, nuevamente lo que sea que tuviera lugar en el pecho de Andrew se apretujo sintiendo el deseo de protegerlo, sin decir mas se acerco hasta tomarlo entre sus brazos y llevarlo hacia su cama.

- Llamare al medico.

- No – Lo último que quería era ser parte de todo un conjunto de galenos preguntándose como algo así había ocurrido. – No creo que este tan mal – Fácil y sencillo fue catalogo la reacción del vampiro que solo se mantuvo a su lado sin decir nada, sin ni siquiera parecer estar usando el cerebro, pasaron otras dos semanas y la pancita apenas visible de Patrick ahora era algo mas prominente.

- Supongo que una semana equivale a un mes – Dijo como si fuese una idea cualquiera, mientras Andrew estaba que reventaba dos semanas sin poder tocarlo, dos semanas llenas de cambios abrumadores de humor, dos semanas de ser el ‘ve y tráeme’ de Patrick que era increíblemente quisquilloso.

- Se mueve, Andy siente – Gritaba emocionado tendido en la cama, el mayor se acerco con avidez – Siente aquí – Guio su mano sobre una barriga de al parecer 5 meses.

Una alegría inigualable se instalo en Andrew que por primera vez en cientos de años sintió algo ajeno a la necesidad de sangre o de sufrimiento que siempre lo acompañaba.

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- Estas hermoso – Inclino su cuerpo sobre el del menor que se encontraba leyendo una revista sobre un amplio sofá. Seis semanas en las que no había tocado ese cuerpo de ensueño, dulce y vigoroso propio de su edad.

- Andy – Dejo caer la revista para colgarse de su amante, un calor comenzó a recorrerlo hasta centrarse en su entrepierna mientras recibía exquisitos besos y caricias, provocando leves jadeos.

- ¿Aquí o en la cama? – Inquirió con deseo puro, el menor no podía contestar, su cuerpo con gran sensibilidad reaccionaba al roce de sus fríos dedos, el mayor solo sonrió, con su diestra tomo la intimidad del rubio masajeándolo cariñosamente hasta que se derramo – Eso fue demasiado rápido – Las mejillas se le tiñeron de carmín al escucharlo pero no podía reprimir ningún tipo de reacción todo se hacia diez no mil veces mas placentero.

- No lo digas – Susurro con lascivia espontanea – Solo tómame – Beso con gran demanda los labios del vampiro hasta que el se apodero completamente de su cuerpo, cada embestida dada con amor le hacia tocar el paraíso hasta que ambos siendo un solo cuerpo llegaron al éxtasis y con ello una gran calma, Andrew en el suelo con Patrick sobre el apenas cubiertos con las ropas del mayor. - Solo espero seamos felices por siempre – Una frase tan común pero a la vez tan entrañable capaz de hacer sufrir y gozar al que la pronunciaba.

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- No me digas que… - Patrick se retorcía en su cama, parecía ayer cuando le había dicho de la probabilidad de su embarazo y ahora parecía que moría: gritaba y lloraba, no necesito afirmación para saber que el momento había llegado. El vampiro instruido por libros de medicina la hizo de partero, abriendo una línea sobre el perfecto cuerpo Patrick que permanecía sedado, a su lado estaban algunos miembros de la servidumbre, los de mayor confianza; pasaron largos minutos hasta que por fin saco de aquella bolsita de vida a su primogénito, apenas y tenia cabellos blancos como el, tan pronto estuvo afuero lloro con demencia, una mujer lo tomo entre brazos para limpiarlo y silenciar su llanto, en tanto, el platinado con avidez cerro la herida que había provocado, todo estaba saliendo a pedir.

Después de largas horas el humano despertó con un dolor agudo en su vientre instintivamente se toco buscando lo que antes tenia y nada, sus ojos se dilataron de terror.

- Tranquilo, ya esta aquí – La voz inigualable e inconfundible de su salvador, dirigió la mirada hacia el marco de la puerta, ahí estaba, ataviado de ropas sencillas contrario a lo que habitualmente vestía se encontraba Andrew con un pequeño bulto entre brazos – Es un varón – Dijo con cierta dulzura en la voz, los ojos de Patrick se llenaron de lagrimas al tener entre sus brazos al hijo nacido del amor.

- Es como tu – Pronuncio entre lagrimas y risas, era verdad sus hebras rubias eran casi platinadas, la piel de porcelana blanca templada, sus ojos de largas pestañas escondiendo iris de color gris, brillantes e hipnotizadores.

- Por siempre – Hablo Andrew, una promesa de amor – Por siempre – Repitió.

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- Por siempre – Se levanto exaltado con lagrimas rodando por sus mejillas aun amoratadas, a su lado Danael lo observaba con un deje de tristeza en la mirada.

- ¿Una pesadilla? – Pregunto.

- Si – Contesto con falsedad y escuetamente, limpio sus mejillas ¿Por qué justo ahora venían esos sueños? ¿Por qué recordaba la promesa que el mismo había roto? Aun en su corazón se mantenía intacto el amor que le profesaba, aun le amaba pero su traición le impediría retomar el camino al corazón guarecido del vampiro, si pudiese volver el tiempo no se dejaría llevar por el calor cuasi humana que le daba Danael, se quedaría con la frialdad casi indiferente de Andrew, esa frialdad protectora y amorosa que le había dado desde aquella noche que lo recogió de un basurero el verdadero amor.


5.5.10

Que lastima



QUE LASTIMA
Song-Fic Yaoi

Tamaki y Kyouya iniciaron una relación que termino pero su amor no lo hizo, de esto hubo frutos sin embargo, ninguno de los dos parece tener interés en retomar algo que pudiese llevarlos a la felicidad...


Ambos sumidos en sus propias desventuras deciden cada uno por su lado encontrar el cariño y la comprensión que no se pudieron demostrar, olvidar algo que es imposible… separar sus caminos cuando hay un lazo que los une.


Por un lado Tamaki engatusa a Mori para ser novios y lograr tener un padre para su vastago.

Kyouya se deja llevar por la sensación de olvido que provoca en el Kaoru…

Mientras Hikaru, Honey y Haruhi no quieren permanecer como simples espectadores de los infortunios provocados por la ex pareja.


Al fin completo ^^


Mil gracias a Rox (mi adorable beta del cap 3) por el tiempo y el apoyo recibido

Te aprecio mucho y dedico este fic ^^ se ke no es mucho demo... algun dia te lo recompensare... Kissus :3


La pic no es mia ^^

- | - QUE LASTIMA - | -


El amor da vida a un sinfín de acontecimientos dentro de cada individuo entre ellos el noviazgo que es el fruto del amor una especie de asociación que conlleva a conocerse mutuamente a enamorarse más o a desencantarse… cuando quieres a alguien te unes a esa persona bajo la tutela de una relación sin embargo, esta concluye para muchos con la formalización y el matrimonio de la pareja, otras tantas con el corte de tajo, cuando eso sucede sientes como si todo hubiese sucedido en un abrir y cerrar de ojos, tan rápido un noviazgo tan fugaz como un suspiro pero sin la posibilidad de que vuelva a pasar… casi en todos los casos una de las partes involucradas no desea terminar aquello, este es uno de esos, el se quedo con las ganas de mas, el otro simplemente lloraba y entre lagrimas le dijo “se acabo”.


Guardo los recuerdos por ahí
De las cosas tan hermosas que viví
Intente olvidarte y nunca pude es por demás

– Hola Kyouya – Entro Kaoru a la oficina en la que el pelinegro desarrolla sus actividades administrativas dentro de Ouran, horas tras horas metido ahí acumulando tareas para no salir, distrayendo su mente.

– Si dime – A pesar de que su amigo y compañero se paro al lado suyo no aparto su mirada de aquellos papeles, al peli naranja le molestaba su constante aislamiento.

– Veo que no deseas ponerme atención pero lo que te vengo a decir no te gustara – Jugar un rato con él le ayudaría a ambos quizá así se fijaría en su persona y olvidaría el terrible dolor de su decepción amorosa.

– Entonces dilo y hazme el favor de retirarte que tengo muchas cosas atrasadas – Siguió con el mismo plan de escucharlo pero manteniendo su mente fija en lo que estaba haciendo.

– Desde terminada tu relación con nuestro señor tu humor es detestable – Le frustro que no pusiera ni un poco de empeño a salir de esa carcasa a la que había recurrido.

– Si tanto te molesta las puertas poseen la suficiente dimensión para que tú salgas por ellas – Le hizo una atenta y desagradable invitación a retirarse para inmiscuirse nuevamente en sus tareas y deshacerse de la imagen de aquel rubio.

– Oh vamos… ah – Suspiro no había forma – Me arruinas la diversión… – “Sera mejor decirlo seriamente solo espero que no le duela tanto” – Bueno resulta que Tamaki no se presentara esta tarde debido a una cita – Eso le vino con una terrible oleada ártica al pelinegro al punto de erizarle la piel de terror.

– ¡¿Qué?! – Se levanto exaltado golpeando con ambas manos el escritorio – Esta no es una actividad cualquiera a la cual faltar cuando quiera, nosotros damos nuestro mejor esfuerzo y él se atreve a dejarlo así ¿Qué pasara con las clientas? ¿Qué pasara…? – “Conmigo” se dijo a si mismo quedito para no ser escuchado.

– Lo siento – Vio como aquella imagen calculadora e impasible de la que siempre se jactaba el Ootori se evaporara ante sus ojos, nunca le había visto llorar ni siquiera cuando en el festival su padre le había abofeteado… se acerco hasta abrazarlo, sintiendo esos leves espasmos.

Para Kyouya mostrarse así frente a alguien era una clara señal de que por más tiempo que transcurriera sus sentimientos hacia Tamaki no desaparecerían por el contrario se haría más fuertes hasta transformarse en un terrible sentimiento como lo es la obsesión.


Flash Back

– Oka-san mira que tengo para ti – De sus manos se sostenía una cajita de color purpura con dos iníciales grabadas en ella K&T en su momento hubiese pensado que eso era lo más cursi del mundo pero ahora le causaba una indescriptible alegría.

– Gracias – Musito para tomarlo y bajo la sombra de sus lentes que le impidió al rubio ver el destello de sus ojos abrió lentamente la cajita, en ella reposaba un hermoso broche en forma de rosa con un zafiro en medio de un acabado bellísimo.

– Dime ¿Te gusta? – Pregunto muy serio acercándose más al menor.

– Si – En verdad le maravillo ese gesto del mayor – Es hermoso.

– No tanto como tu – Se brazo al pelinegro para luego separarse intempestivamente tomando aquel broche y colocándolo en la solapa del saco – Con esto desde hoy serás mío, mi novio – La seguridad con la que hablo le hizo sorprenderse, llevaban meses juntos desde que Tamaki decidió quedarse al lado de los Ouran anteponiéndolos a la que por decisión de la abuela Suoh era su prometida.

– Es que yo – No sabía que contestar de algún modo pensó que solo eran compañeros que se besaban y que de ahí no había nada mas ya que solo se decían te quiero nunca imagino que al igual que él los sentimientos del rubio fuesen de ese tipo.

– Nada – Se acerco a él hasta unir sus labios, besándolo con pasión tomándolo del rostro con ambas manos mientras Kyouya las posiciono sobre su pecho, eso le alentó al rubio a explorar la espalda de su amante, llego al borde inferior del saco negro metió la mano por dentro jaloneo la pulcra camisa blanca hasta sacarla de su pantalón mientras la respiración del menor de los Ootori se intensifico. El frio de los dedos de Tamaki le provoco profundos suspiros.

– Ahh… – El no pudo reprimir su gemido hacía tiempo que había querido unirse con el Rey demonio – Je t'aime Kyouya – Le dijo al oído para comenzar a lamerlo.

– Nhn… no… espera – Deseaba estar de forma intima con el mayor pero se encontraban en el gran jardín de su casa, quizá alguien los vería – Ven – Tiro de su mano – Como pudo oculto la parte desarreglada de sus ropas, paso sin decir nada junto a su hermana el rubio apenas y pronuncio un hola cuando sucedió y al llegar a la habitación el host de tipo Cool tiro a la cama al rubio.

– No me digas que tienes ganas mi amor – Tan rápido como fue tirado a la cama comenzó a desabrocharse la camisa, el cinturón haciendo una invitación sensual al menor relamiendo su dedo índice.

– Si – Imito al rubio, quitándose con agilidad el saco, desabrochando su camisa y tirándolo en el suelo para posicionarse sobre el otro besándolo pausadamente saboreando su inexplorada piel presionando en algunas zonas.

– Ahh… Oka-san – Gimió cuando el pelinegro puso su lengua sobre su pecho succionando levemente hasta pintar en el moretones, satisfecho de la voz melodiosa de su amante se fue sobre sus pezones oprimiéndolos con su lengua y mordisqueando – Ahh… ahh… – El blondo no quería que el estuviese con aquel pantalón así que comenzó a desabrocharlo mientras él se removía el suyo para quedar ambos completamente desnudos.

– Nhn… – Ahogo el gemido que estaba a punto de salir de sus labios después de que Tamaki le besara el lóbulo del oído lamiéndolo en tanto se movía cadenciosamente debajo suyo… en verdad que ese mitad francés le incitaba a tomarlo de una buena vez.

– Kyouya te quiero dentro – Susurro sobre sus labios con un rubor, ante la inmovilidad de el mencionado le tomo de la mano lamiendo sus dedos, el otro ya no quiso quedarse mirando así sin hacer nada, llevo aquellos dedos a la entrada de Tamaki introduciendo uno de ellos – Ahn.

– Lo siento ¿Duele? – El otro solo meneo la cabeza negando, se volvieron a besar para distraer el dolor en tanto otro se introducía dentro del ser del sucesor de la familia Suoh.

– Ahh… ahh – Nada le incomodaba solo sentía el placer, acaricio inconsciente el miembro del menor de la familia Ootori mientras el pelinegro le dilataba su entrada ahogando sus gemidos en el blanco pecho del King.

– Oto-san – Introdujo su erección al rubio que arqueo levemente la espalda al sentirlo, se abrazo del pelinegro para enterrar en su espalda los dedos rasguñando de forma salvaje pero pasional.

– Nhn… Tama…

– Kyou… mas… mas… – Las embestidas que eran lentas y profundas se intensificaron haciéndolos ver a los dos estrellas, entrelazaron sus manos para juntos llegar al culminación de su entrega.

Fin Flash Back



– ¿No crees que Kyouya-sempai se molestara cuando se entere de que hemos faltado a una sesión del Host? – El Host del tipo salvaje pregunta al tipo príncipe que está sentado sobre sus piernas.

– Bien si no quieres tener una cita conmigo… – Se levanto de aquel confortable asiento “El tiempo pasa y si no consigo una forma de no ensuciar tanto el tan afamado apellido de la familia tendré que verme obligado a huir” Su abuela le había amenazado para variar que debía encontrar una pareja estable de lo contrario el le buscaría una de preferencia femenina y debido a la ruptura con Kyouya (relación de la cual desconocía la cabeza de la familia) no encontraba pensar en otra cosa que no fuese tratar de complacer a aquella terrible mujer.

– No si, si quiero salir contigo – Lo alcanzo a sujetar del saco azul, Tamaki sonrió… girándose le mando un beso y guiño el ojo para después retirarse de la sala de música “Esto está mal pero es el único camino que me queda, después de todo una pareja es una pareja sin importar el sexo”.
– Takashi – Le llamo Honey-sempai desde la puerta de aquel salón de clases – ¿El te acepto así sin más? – Pregunto sentándose junto a él, si bien la situación no le molestaba que Mori estuviese con él tampoco le parecía lo más correcto.

– Mitsukuni… de algún modo si me ha aceptado, soy tan feliz – dibujo una tímida sonrisa en su rostro; hacía tiempo que había perdido la esperanza de estar con su primo este en ningún momento le mostro algún otro tipo de interés o amor diferente al fraternal por lo que su corazón decidió darse por vencido con el loli-shota y en el rubio más alto encontró una persona realmente increíble que comenzó a llamarle cada vez más la atención.

– ¡Que alegría! – Se levanto colocando sus manos en su espalda y meciéndose levemente – Te veo después Takashi – Saltando salió del lugar.

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– Señor ¿Qué hace aquí? – Hikaru caminaba rumbo a la tercera sala de música cuando en un balcón del instituto vio a Tamaki.

– Solo viendo el jardín ¿y tú? – “Esperando a que mi amado regrese a mi…” Le pareció extraño que el mayor de los gemelos fuese solo por el mundo.

– Que malo es, no recuerda que nos pidió a mí y a Kaoru avisarle a Kyouya de su indisponibilidad para la tarde de hoy – Comento con indiferencia, si bien la encomienda era para ambos decidió dejar a su hermano solo.

– Ah eso – Meció su cabeza y regalo una gran sonrisa – Mas te vale que no le digas a Oka-san con quien saldré – Advirtió.

– ¬¬ Eso será más que obvio ya que ambos no estarán presentes – Cerro los ojos “Hace cuanto… como dos meses, desde entonces ha estado raro melancólico diría yo ¿Qué es lo que oculta?” – Es tu problema Tamaki, aunque sigo pensando que fue un error haber terminado tu relación con el, eran felices.

– Yo nunca fui feliz – Por primera vez en su rostro se mostro gran molestia.

– No digas eso que tu lengua puede sangrar – Le refuto para posteriormente salir caminando a paso lento por el pasillo.

“No fui feliz, su frialdad no me hizo feliz”

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Aquella tarde como el numero uno de los host no estaría ni el tipo salvaje que sirve de compañía para Honey no había caso para abrir las puertas al público. Cada uno salió a realizar actividades que les entretuviese; Kaoru se mantuvo cerca de Kyouya, Hikaru junto a Honey y Haruhi feliz del acontecimiento se fue a estudiar.

Honey camino y platico largo con el mayor de los gemelos, entre risas ya hacía mucho que encontraron complemento a sus respectivos huecos… Desde que Haruhi intervino en la vida de los gemelos, ambos ya no tenían la necesidad de estar el uno con el otro la mayoría del tiempo ya existía cierto grado de independencia que les ayudaba a relacionarse con un mayor número de personas. En aquella tarde Hikaru se fue a casa del Haninozuka y encerrados tras cuatro grandes paredes dieron rienda suelta a la alegría de estar enamorados el uno del otro ¿Quién lo imaginaria? Nadie, nadie se imaginaba el tórrido romance.

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– ¿Rosas? – Su cita se llevo a cabo en la casa de Mori-sempai hacia tiempo que él quería estar a solas con Tamaki y así ganarse su cariño, le gustaba demasiado como para ser cierto y por el estaba dispuesto a realizar cualquier cosa.

– Sip – Esta vez pediría lo que le hiciese feliz no tropezaría con la misma piedra, a diferencia de Kyouya, Takashi era mucho más cariñoso y servicial… quería sentirse único en la vida de alguien, sentirse necesitado y amado.

– Lo que tú me pidas, entonces te daré rosas violetas – El blondo cerró los ojos dando permiso para ser besado mientras el rostro de Mori se acercaba con cierto temor por el primer beso que se darían, pronto no hubo distancia que los separara.

“Kyouya” La mente del más bajo fue acaparada con este nombre y múltiples imágenes de alegría.

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– Estoy harto de verte así como si no hubiese mas en el mundo… me aturdes – Reclama airado el menor de los Hitachiin.

– Ya te dije que puedes irte cuando quieras – Seguía en lo suyo a pesar de haber llorado en los hombros de Kaoru en ningún momento le paso por la cabeza desahogar sus frustraciones con él.

– ¿Por qué no te das cuenta? – Al fin llamo la atención del pelinegro – Me gustas, me gustas mucho pero tú no tienes ojos para otro que no sea Tamaki… mírame date cuenta que yo puedo hacerte olvidar no me dejes así, no me ignores porque me lastimas – El mayor no sabía que contestar, se le habían declarado y el no sentía absolutamente nada.


Flash Back

– Me gustas Oka-san… tu porte, tu silueta – Delineo con sus dedos sus brazos – Tu rostro – Poso su palma en la mejilla del menor que se mantenía asombrado de la confesión – Tu cabello, tus ojos, tu nariz – Toco con la punta de su dedo índice la nariz – Tus labios – Ahí se detuvo largo rato rosando una y otra vez esos hermosos labios.

– Yo… – No sabía cómo decirle, no le era indiferente pero ambos hombres, aquello no tenia forma.

– Shh… – Se acerco hasta perder cualquier distancia que pudiese existir entre ambos, se unieron en un tierno beso el rubio sintió un revoloteo de mariposas en su estomago por haber encontrado a su amor.

Fin Flash Back




– Mhn – No olvidaría aquella sensación no quería olvidarlo, beso con mayor profundidad al más alto logrando que dentro de su ser se avivara el deseo gimió levemente en la boca del mayor hasta que se separaron – Etto… yo u////////u – Ahora ¿Cómo justificaría su reacción?

– Este bien no te preocupes – El siempre comprensivo Mori.



Cuéntame que ha sido de tu vida
Ha de ser tu amor el hombre, el más feliz
Si él tiene lo que yo nunca tuve… yo no se

Al día siguiente todos se presentaron en la sala de música para tener todo arreglado y dispuesto para las clientas del host, Kaoru lloro amargamente en los brazos de Hikaru no lo habían rechazado completamente pero tampoco había sido correspondido por Kyouya, en cambio este ultimo por instantes de su mente fue despejada la imagen de Tamaki el que Kaoru le encarara con sus sentimientos le había ayudado.

Mori paso largo rato con Tamaki… el cual se mostraba demasiado impetuoso en cuanto a su relación.

– Vaya hoy si se digno a venir – Le haría pagar el haber faltado.

– Lo siento oka-san demo estuve ocupadin – Exagero sus ademanes haciéndolo ver muy adorable a los dos pares de ojos que le observaban con devoción.

– Mmm… mire son para usted – Haruhi que iba entrando con un ramo de rosas se las entrego al rubio que feliz las tomo.

“Te quiero Tamaki” – Los ojos le brillaron… – El me quiere – Dijo feliz ante la mirada atónita de todos y la decepcionada del Rey de las sombras, Kaoru viendo la actitud del pelinegro se acerco a él.

– Kyou…

– Quiero anunciarles que Kaoru y yo estamos de… – Esa palabra no deseaba ser pronunciada por sus labios.



Flash Back

– Si… Kyouya y yo somos A-M-A-N-T-E-S – Recalco a todos los presentes, ellos no se sorprendieron se veía venir que de un momento a otro el rubio le pediría u obligaría al Ootori que salieran, ambos ocultaban sus besos y coqueteos pero dentro ese lugar ningún detalle se les escapaba.

– Felicidades – Grito Hikaru mientras que su gemelo un tanto más reprimido solo se acerco a darles un cordial abrazo, para Mori-sempai y Honey fue agradable saber que sus amigos estarían juntos, entre los más felices estaba Haruhi, ella esperaba que con eso el rubio dejara de atosigarla. Sin embargo, por el contrario se encontró con un Kyouya complaciente que en varias ocasiones le siguió el juego a Tamaki con respecto a que era su hija.

Fin Flash Back



– Novios – Salió dulcemente de los labios del Hitachiin.

“Novios, él fue el que tuvo la iniciativa de dar la noticia” Pensó el rubio herido en lo más profundo de su corazón de pronto todo se torno borroso la oscuridad se formo en sus ojos y sintió como iba cayendo, un vacio le estaba rodeando no escuchaba ni sentía le pareció mucho el tiempo en el que permaneció suspendido… En un momento algo revoloteaba en su vientre.

+ ¿Qué es lo que siento? + Una voz susurrante se escucho pero no logro entender absolutamente nada + ¿Quién está ahí? + volvió a preguntar en la oscuridad donde se encontraba.

+ Lo que sientes es tu primogenito + Retumbo, el lugar donde se hallaba de pronto comenzó a tomar la forma de una habitación blanca, su respiración comenzó a agitarse, no quería creerlo.

+ ¡Mentira! + Grito con desesperación.

+ No y tu lo sabías, sabias perfectamente que esto podía suceder.


– Está despertando – Junto a él estaba Honey, que lo miraba preocupado o al menos eso parecía con lo difuso que era todo a su alrededor.

– Nhn… don… ¿Dónde estoy? – Empezaba a ver con mayor claridad y el lugar en el que se hallaba en definitiva no era la tercera sala de música, sus manos aun temblaban por lo que opto disimularlo apretándolas fuerte.

– Tama-chan TT^TT estas bien… estas en un hospital, tuvimos miedo – Decía tomándolo fuerte de la mano, por razones que el mismo no quería darle a Mori el se mantenía al margen pues esa era la orden: Nadie más sabrá de nuestro noviazgo a excepción de Honey y los gemelos.

– Tamaki… – Fue lo único que salió de los labios del más alto. No pudo decir otra cosa ya que un medico entro a la habitación y junto a el Kyouya.

– Suoh-sama se ve mejor – Le checo la presión arterial – Esta bien, ahora quiero pedirles que todos salgan – Pidió amablemente a los presentes.

– Pero… – El pequeño rubio quería refutar la decisión del galeno sin embargo, Takashi lo detuvo y los tres salieron de aquella habitación. Ya solos el doctor le miro un tanto nervioso.

– ¿Me puedo ir? – A pesar de estar aturdido deseaba salir del lugar inmediatamente.

– Mas tarde le daré de alta con su respectiva prescripción médica pero antes debo de informarle…

“No, que no sea eso por favor que no sea eso” – Rogó con gran temor.

–… Que ha quedado en cinta – Dijo con voz clara mientras el aun estudiante deseo con todas sus fuerzas desaparecer, lagrimas se amontonaron en sus ojos inquietas por salir.

– No… – Pronuncio débilmente.

– Si, usted debe saber muy bien que debido a una formación poco usual su aparato reproductor se formo como el de una mujer, es decir, que tiene matriz y que desde siempre ha existido la posibilidad de quedar en estado… – Explico algo que el rubio en definitiva conocía perfectamente lo sabía desde la abuela le había condicionado la visita a su madre, aquella anciana la cual tan pronto lo supo repudio a su nieto diciendo “Es un castigo” por eso para ella Tamaki no era digno de acercársele.

– Si lo sabía, pero yo…

– Lo sé, estoy enterado por su médico que se mantenía con unas pastillas experimentales las cuales ayudarían para no permitir que sucediera esto, pero eso no es cien por ciento efectivo.

– Nadie debe enterarse – Sujeto la bata al galeno que sorprendido solo le acaricio la blonda cabellera comprendiendo a su paciente.

– Sera como disponga – Afirmo antes de salir de la habitación, Tamaki lloro… tanto que sintió su cuerpo secarse a cada gota, el corazón a punto de salirse “¿Qué hare? ¿Cómo saldré de todo esto? Si la abuela se entera será el final de todo no bastara con tener pareja”. El doctor al ver sus reacciones tomo la decisión de informarles a los que le esperaban que por el momento Tamaki necesitaba descansar.

Después de llorar por largo rato una idea llego a él, no era la más cuerda, no la mejor pero si el único escape que tenia por el momento… En primera el padre de su hijo no sabría de su estado en segunda tendría que buscar la forma de encontrar un padre sustituto al cual le diría “Es tuyo” y en tercera ese padre seria Takashi Morinozuka – Perdón Mori pero es necesario no puedo perder más.

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“Tamaki ¿Qué tienes?, ¿Qué te ha pasado?” – El menor de los Ootori a su paso dejo una estela de nervios apenas y había alcanzado a sostener al rubio entre sus brazos al escuchar la noticia.

– Mantente sereno – Kaoru no se separo ni un instante de su lado, obvio que por cariño hacia el rubio no le molesto que lo tomara en brazos pero no quería verlo sufrir más para los demás su semblante seguía siendo el mismo simplemente inalterable.

– Estoy bien – “Tengo la culpa, yo soy culpable si tan solo no hubiese dicho aquello en un arranque” El médico llevaba rato a solas con el “¿Qué está pasando?”

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– Takashi – El más alto bebía un vaso de café junto al Shota y la pareja de este, en tanto Kaoru se quedo en el instituto.

– Mori-sempai todo estará bien de seguro solo se descompenso.

– ¿Y si sigue enamorado de él? – Las dudas le carcomían solo había escuchado que esos dos eran pareja para sufrir algo así.

– No tengas esas dudas Tama-chan sería incapaz de burlarse de ti de una forma tan vil – El más bajo creía firmemente en las palabras pronunciadas.

– Si mi señor podrá ser tonto pero no perverso.

– Señores… – El galeno salió por fin de la habitación.

– ¿Cómo esta? – Para seguir ocultando los sentimientos de Takashi, Mitsukuni se adelanto a preguntar.

– Suoh-san está un poco cansado así que les sugiero esperar hasta la tarde para llevárselo.

– ¿Qué tiene? – Hikaru mostro su preocupación.

– Mmm… solo fatiga así que traten de que no se esfuerce en demasía para su pronta recuperación – El médico se despidió de ellos bajo la mirada incrédula del Ootori.

“Solo cansancio eh… eso no me lo creo”

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– Ahh… Mori – Pasaron días después de su desmayo cuando puso en marcha el plan de obtener una familia, cada palabra era como veneno destilando a través de su cuerpo… veneno que lo acercaba a la muerte su único antídoto el ser que se formaba dentro de sí, detestaba el hecho de tener que mentir pero en verdad no tenia opción, no quería volver con el Kyouya frio pero complaciente, callado pero amoroso… estar con Mori era mucho mejor a pesar de que ante los demás se mantenía al margen debido a su petición cuando estaban solos era cariñoso, dedicado, paciente, tierno, complaciente lo que cualquiera desearía.

– Tamaki… Te Amo – Casi se le detuvo el corazón al escucharlo en medio de aquella espaciosa habitación de nuevo en la casa del más grande – Nhn… Tamaki – Takashi entro en su cuerpo al hacerlo derramo lagrimas no por ser tomado sino porque no era Kyouya “Es la única forma” pensó mientras por la mente del pelinegro paso la otra opción: Lagrimas de felicidad.

– Ahh… – Se abrazo al fuerte cuerpo del host salvaje, las embestidas comenzaron intensificarse, rasgo levemente la piel morena del mayor – Ahh… ahhh… Mori… – Se aferro con más fuerza a su espalda como el naufrago que se aferra a un trozo de madera bamboleante en medio del inmenso océano por ser su única fuente de vida y la única opción para ser rescatado de una muerte segura; siguieron hasta que ambos llegaron al orgasmo, Mori salió lentamente de el cansado se recostó a su lado besando con fervor sus hermosos hombros para después tomar sus labios con gran dulzura a tal punto que para Tamaki eso era terriblemente doloroso.

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– Tres meses… mi cintura se ve ligeramente más… mmm… ¿gordo? – Mientras los miembros del Host no llegaban se dispuso a observarse detenidamente en el espejo de cuerpo completo que adornaba el vestidor, al principio con el uniforme intacto después de un rato al no notar alguna diferencia clara se quito el saco y se dio cuenta de la curva que se hacía en su estomago coloco una mano en su cintura – Si se ve que creces… pero date cuenta me veré todo gordo…

– Así que estas esperando un hijo… – Sintió miedo, sus ojos estaban abiertos de par en par giro lentamente hacia la puerta por donde acababan de entrar – ¿Si estás embarazado?




CoNtInUaRa >>
QUE LASTIMA

PARTE 2


– Así que estas esperando un hijo… – Sintió miedo, sus ojos estaban abiertos de par en par giro lentamente hacia la puerta por donde acababan de entrar – ¿Si estás embarazado?

– Ah… – No podía salir de aquella impresión de ser descubierto – Aha – Asintió.

– Estoy feliz por ti – Hikaru lo abrazo protectoramente acariciando ese pequeño bultito formado en su vientre.

– Yo… – Lagrimas salieron de sus ojos aceptando el abrazo, a nadie le había confiado el secreto solo a los médicos y que el mayor de los Hitachiin se enterara no podía augurar algo bueno, con lo perspicaz de su persona podría notar que los meses que diría no eran los correctos a pesar de ello le alegraba mucho que no lo señalara que por el contrario compartiera la dicha.

– ¿Por qué lloras? – Hablaba como si aquello fuera de lo más normal – Bueno no es que no esté sorprendido de tu estado pero en verdad como decirlo, lo sospeche desde antes de tu desmayo, no eras el mismo – “Pero antes de eso yo no lo sabía” –Te mostrabas distante, melancólico y dejaste de comer lo que habitualmente comías… supuse que algo te ocurría pero no creí que sería algo así, me imagino que se lo dirás a Kyouya.

“¿Kyouya?” No… el – Lo miraba extrañado por su reacción – Primero se lo diré al padre y después a todos – Sentencio al peli naranja.

– ¿Eh? Yo… – Hizo cuentas mentales – Estoy seguro que el padre es Kyouya-sempai – Le rebatió dispuesto sacarle aquella información.

– Estas equivocado, el padre es Mori – Dijo tan rápido que parecía ser verdad en su voz no se mostro duda alguna. Rápidamente tomo su saco y justo cuando terminaba de abotonarse entraron los demás miembros.

– Tama-chan – El pequeño rubio se acerco a él hasta abrazarlo al igual que su pareja ya sospechaba – Estuviste llorando ¿Qué te paso? – Sus ojos se veían rojos.

– Tengo que hablar con Mori a solas – El más alto le siguió a un compartimiento de la sala de música dejando a los demás con dudas y al Rey de las sombras con molestia su sospecha se estaba haciendo cada vez más real.

– ¿Te sucede algo? – Noto el nerviosismo con el que lo observaba Tamaki, pero no pronuncio palabra alguna se limito a seguirlo con la mirada en absoluto silencio.

– No sé cómo explicarlo… – Incontables segundos pasaron en completo silencio el más alto se sentó en un sofá mientras el de pie se movía de un lado a otro tratando de disipar los titubeos que le aquejaban y escogiendo adecuadamente las palabras a utilizar – Yo… yo soy diferente – Al fin se animo a seguir “perdóname Takashi” – Naci con una malformación genética, para unos es eso… mi interior no se desarrollo como algo normal y los médicos se lo dijeron a mi familia, mi padre y madre me amaron pero la abuela me rechazo por tener mayor injerencia dentro de la familia obligo a mis padres a separarse, alejo a madre argumentando que era un castigo por haberse metido con su hijo sin embargo, el no lo considero de la misma forma, ya en Francia mientras más crecía eso se hacía más notorio por tal razón para costear los gastos de mi tratamiento mi madre creyó que lo mejor sería que yo fuese el sucesor y me envió a Japón, sin saber lo que realmente ocurría llegue aquí cuando sucedió lo de la señorita Torrence la abuela advirtió que del matrimonio con ella dependía el volver a ver a mi madre y le contaría a todos esto… fue entonces cuando lo supe ella a base de amenazas intento someterme a sus designios. En ese entonces gracias a ustedes desobedecí a sus ordenes mi padre me apoyo en todo por lo que no tuve problemas, ademas acepte lo que dentro de mi sucedía y ahora como decirlo – “Desearía que fueras tu Kyouya al que tuviera que darle esta explicación” – Estoy embarazado – El mayor no se movió – Si esa malformación genética consiste en el desarrollo interno de forma femenina a pesar de que mi exterior sea masculino, el tratamiento consistió en reprimir el desarrollo externo ya que eso podría suceder.

– Vamos a ser padres – Cada palabra salió con amor de Takashi que escucho atento pero para Tamaki fueron puñaladas a su corazón.

– Si – El otro se levanto del sillón donde se encontraba para abrazarlo cariñosamente hasta levantarlo suavemente del suelo – Seremos padres – Le beso en los labios.



Sigues tan hermoso como siempre
Y el amor que hay en tu vientre
Te hace verte siempre así
Siempre yo te llevo en mis recuerdos
Tu no se

– Entonces es cierto…

– Si… pero nos equivocamos, el padre no es Kyouya

– ¿Cómo?

– Es Mori-sempai…

– Eso no puede ser, todo concuerda al tiempo debe estar entrando al segundo trimestre.

– Algo no va bien.

– Si lo sé ¿Qué haremos Honey?

– A que se refieren – Hikaru y Honey se mantenían platicando alejados de los demás cuando Kyouya se les acerco.

– Nada – Dijo el mayor de los gemelos.

– ¡Chicos! – La voz de Mori completamente emocionada como ninguna otra, el menor de los Ootori dirigió la vista hacia el que llevaba de la mano a un sonrojado Tamaki. Kaoru se vio complacido con la escena – Yo… – No cabía de la emoción, Kyouya deseo morir o matar – Seremos padres – Todo en completo silencio cuando lo escucharon, el administrador que nunca dejaba de lado su bolígrafo lo soltó, eso fue lo único que se escucho el tintineo de ese instrumento de escritura tocar el suelo tres veces hasta rodar un poco eso ayuda a desenfocarlo de la vista de todos, su rostro completamente desencajado no fue percibido.

– Perdón – Rápidamente se agacho para recogerlo y no mostrar como las lagrimas se amontonaban en sus ojos.

– ¿Es una broma? – Pregunto Kaoru.

– No, es cierto seremos padres – Tamaki contesto apretando la mano de su pareja.

– Entonces Felicidades… pero tendrás que darnos todos los pormenores del asunto – Alegremente Kaoru se acerco, Hikaru, Honey y Haruhi hicieron lo mismo… Mori espero paciente la cercanía de Kyouya que guardando su furia se acerco hasta abrazarlo primero a él, lentamente se acerco a Tamaki… Sus brazos su cuerpo se sentía nuevamente vivo, una lagrima resbalo por su mejilla al sentir ese ligero abultamiento en su vientre “Tamaki te sigo amando”

– Te amo – Fue lo que alcanzo a articular al oído del rubio que sintió como la piel se le erizaba.

– Gracias – Intervino Takashi para separarlos, no se entero de lo que sucedió realmente pero ver de pronto paralizado al padre de su hijo no le gusto.



Flash Back

– Mon amour – Ruidoso y excesivamente meloso – Oka… – Lo amaba hasta lo más profundo de su ser cada parte de él le pertenecía sin duda alguna pero.

– Que quieres – No podía evitar seguir inmerso en su trabajo Tamaki le había mostrado que mas allá de aquella barrera impuesta existía un mundo pero maldición no podía simplemente dejar a un lado todo y seguirle los pasos… deseaba hacerlo pero siempre se detenía su jaula abierta el mismo la cerraba.

– No seas así solo quiero un beso anda… – Solicito sentado en su escritorio, sonrió levemente para darle un beso pequeño y después volver a su trabajo – Que malo eres – Hizo un adorable puchero, tan tentador que se levanto y le dio otro beso menos aniñado más pasional introdujo la lengua en la cavidad del rubio que gustoso llevo sus manos a la nuca del pelinegro sosteniéndolo fuerte para evitar que se alejara. Largo rato se estuvieron besando ni siquiera se dieron cuenta cuando adaptaron sus respiraciones evitando la separación, pronto estaban jadeando las manos de Kyouya se colaron por su pantalón masajeando la entrepierna del rubio que despertó rápido – Kyouya… – El mencionado le indico que se sostuviera por sí mismo en la mesa mientras él le quitaba el pantalón.

– Hoy estas ¿Como decirlo?... mas ansioso – Al retirar esa prenda se dio cuenta de su acierto.

– Nhn… – Llevo una mano a sus labio para evitar esos sonidos tan impropios que tenia cada vez que el pelinegro le lamia esa zona tan intima – Ahhh… – Tan diestro como siempre no pudo evitar ese gemido.

– No te reprimas – Pidió mirándolo con lujuria mientras lamia con ahincó el miembro del rubio, con una mano lo masajeaba mientras que con la otra se desabrochaba el pantalón y se comenzaba a masturbar.

– Ahh… ahh… ahhh… nhn… – La ardiente respiración del Ootori sobre su piel le enloquecía – Kyou… por favor – En verdad tenía muchas ganas de estar con él, ni siquiera comprendía la razón…

– Demasiado ansioso – Fue lo único que dijo para comenzar a dilatarlo sonriendo con suficiencia al ver lo magistral de la imagen de Tamaki.

– Ahhh… Kyou – Se abrazo al cuerpo bien formado del pelinegro que se desnudo en un dos por tres – Te amo – Le susurro al oído cuando este se adentro en su ser, su palpitante cuerpo le pedía por ser ocupado.

– Nhn… Yo a ti… - Las embestidas Fuertes y certeras propias de cuerpos que han aguardado una espera larga.

Fin Flash Back


No se dio por enterado de cuando llego a su casa ni menos el ¿Cómo? Pero ya estaba ahí en su cama llorando como si de una niña se tratase, el pecho le dolía de forma increíble era un dolor insoportable el aire se hizo pesado no podía respirar como pudo se quito la corbata pero seguía sin poder respirar desabotono su camisa y nada se apretó las manos en el pecho intentando hacer menos el dolor… – Arg… Ya no mas… – Entre lágrimas comenzó a gritar – Tamaki por favor… regresa…


– Nii-san – Su hermana entro, le impacto la forma en la que lo hayo… recostado en la cama con el rostro completamente descompuesto jadeando de dolor con sudor en su rostro retorciéndose entre las sabanas – Tranquilo… – Supuso lo que le sucedía ella lo había vivido, se acerco hasta su cama y se sentó junto a él abrazándolo, el pelinegro al verse comprendido ahogo sus gritos en el regazo de ella.




Cuéntame si al lado de ese hombre
Que te dio su amor su nombre te olvidaste ya de mi


– Ustedes también se han dado cuenta… – La pequeña que Tamaki tomo por hija escucho mientras Hikaru y Honey hablaban de lo decaído del rostro del rubio.

– Haruhi… – El rubio desvió la mirada con tristeza.

– Si, desde que nos anuncio su embarazo se ha mostrado un tanto triste no es como debería ser, muchos esperan con alegría e impaciencia a su primer hijo no digo que Tamaki-sempai no lo quiera es solo que no parece conforme con algo…

– Si Haruhi, pareciera que espera algo mas no importando cuanto se esfuerce Takashi, no muestra más que el mismo rostro siempre… – Contesto Mistukuni.

– Y si en verdad es lo que sospechamos – Hikaru adelantando conclusiones.

– Si estamos equivocados no haremos más que lastimarlos, quiero creer que las reacciones de Tama-chan son por miedo a lo que está sucediendo con su cuerpo… muy pronto tendrá que dejar la escuela para que nadie se dé cuenta y está el hecho de que en su familia nadie lo sabe a excepción de su padre que cuando se entero abofeteo a Mori…

– ¿De verdad sucedió eso?

– Si Haruhi… eso fue hace una semana… Tama-chan y Takashi decidieron dar aviso a sus respectivas familias por lo que hace a mi primo su familia no lo tomo a mal sin embargo con Suoh-san fue distinto le levanto la mano a Tamaki pero Takashi intervino y el recibió la bofetada.

– Tamaki-sempai ha tenido muy malos momentos y aun así llega a nosotros como si nada.

– Siempre es igual con el… – El mayor de los gemelos se mostro molesto.

– Hika… – El mayor de los tres no pudo hacer nada para detenerlo.

– ¿Honey-sempai que le sucede a Hikaru?

– Haruhi, confiamos mucho en ti… – La chica seria la confidente de aquel enredo – La reacción de ahora es porque Kaoru está con Kyouya y si es verdad lo que sospechamos sufrirá mucho por las decisiones de Kyou-chan y Tama-chan – Dijo cabizbajo – Creemos que el hijo de Tamaki no es de Takashi pero como esos dos terminaron cada uno está intentando armar las piezas de sus corazones rotos.

–… – Simplemente no podía creer semejante situación “Si Kyouya lo sabe pelearía por Tamaki pero… o no… ¿No lo sabe?”

– Si Haru-chan Tamaki lo ha ocultado porque no quiere regresar con el… además de que la fecha para el matrimonio ya fue fijada antes de que se note mas el estado de Tama-chan

– ¿Qué paso entre ellos para teminar así? – A la vista de todos, la pareja Ootori y Suoh era perfecta.

– Ni yo lo sé…

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Al no haber nadie en la sala de música el King decidió entrar a la oficina de administración aquel lugar en donde varias veces fue feliz e infeliz… todo ese sitio se encontraba impregnado de un olor particular y esta vez no era diferente el aroma de Kyouya fluía ávido por cada rincón… se acerco al escritorio rosando con sus dedos el escritorio de caoba – Kyouya – Esos mismo dedos delinearon el respaldo de la acojinada silla donde se sentaba el pelinegro – Casi veinte semanas de embarazo… – Hablo en susurro, cuando la puerta se abrió dando paso al dueño de aquel lugar.

– Ta… Tamaki – Sorprendido completamente de verlo detrás de su silla con el ventanal iluminado su curvilínea silueta mostrando levemente su redondeada cintura “Quiero abrazarte, quiero que estes a mi lado”.

– Yo… – Como huiría de la situación en la que se había metido.

– ¿Qué haces aquí oto-san? – Escondió el destello de sus ojos con sus lentes para que el mayor no se diera cuenta mientras cerraba la puerta.

– Buscaba alguna florero para poner las rosas de Mori – Se ruborizo levemente mientras rehuyó la mirada.

– Aquí no lo encontraras, en el almacén debe haber muchos – Contesto para acercarse a su lugar de trabajo.

– Si, gracias – “Siempre frio sin mostrar ni un poco de sentimientos”, sin ninguna explicación que dar seguía sin moverse del lugar donde estaba desde hace rato, cada vez el cuerpo del pelinegro se acercaba mas y mas.

El Ootori no pudo resistir al palpitar desenfrenado de su corazón a los deseos enloquecedores de preguntarle “¿Me extrañas? ¿Me quieres? Yo sí, te extraño y te quiero”, ágilmente tomo del brazo al rubio y lo beso… esos labios que desde hacia tiempo había abandonado, aquellos por los que no pudo ir corriendo cuando salieron de esa habitación meses antes.



Flash Back

– Kyouya necesitamos hablar – Como nunca antes se sentía nervioso, hacia días que se sentía raro de pies a cabeza y lo peor no era eso sino que por más que quería hablar con Kyouya este se excusaba de atenderle.

– Ahora no tengo muchas cosas que hacer – No era mentira, varios trabajos en cuanto a la administración del Host y el Hospital que su padre le había exigido hacerse cargo.

– Siempre es lo mismo – “No puedo soportar seguir así”.

– Tamaki mas tarde por favor – No quito los ojos de los papeles que estaban en sus manos, en uno de los hospitales de su familia se había desatado un incendio “Demonios”.

– Kyouya yo…

– Sal de aquí ¿NO ENTIENDES? – Su cabeza a punto de reventar y aquel niño mimado seguía hablando de quien sabe que cosas.

– ¡ES TODO! – Sin pensarlo dos veces comenzó a hablar – SE TERMINO, YA NO MAS… ESTO SE ACABO – Salió de la oficina dando un fuerte portazo dejando a Kyouya perplejo sin poder reaccionar en alguna parte de su mente le gritaban “Ve tras el, no lo dejes ir” pero sus pies, su cuerpo no se movió, al cabo de unos segundos noto que en las hojas a las que le ponía tanta atención unas gotas las habían manchado, despacio acerco su mano a los ojos para darse cuenta que el lloraba.

Fin Flash Back



– De… Déjame – Se aparta del pelinegro a pesar de su cara enojada por dentro se derretía, añoraba esos besos, ese cuerpo…

– Ja, ja, ja – “¿Se burla de mí?” El pelinegro le dirigió una mirada feroz – Eres un cualquiera, te estremeces en mis brazos como si nada aun estando en gravidez… así eres con tu futuro esposo o será que ya te hartaste de él, de que no te toque debido a eso… – Hablo con sorna, no era el mismo lo que hablaba eran sus celos… los estúpidos celos que le carcomían el alma; el rubio no aguanto más su palabrería y le soltó una bofetada.

– Cállate ¡Tú no eres quien para hablarme de esta forma! ¡Tú que no has sabido querer! – Le dolía tener que dirigirse a él así pero que mas podía hacer.

Con el labio enrojecido por la línea de sangre que salía le miro – No me has olvidado, nunca lo harás… ¿El te hace feliz? ¿Te provoca alegría el saber que serás de él? No lo creo.

– Sí, soy más feliz de lo que te imaginas por eso tendré un hijo su… – por estar agachado para refutarlo no se dio cuenta cuando el Ootori nuevamente se acercaba y lo besaba… el sabor metálico de su sangre diluía en sus dulces labios…

– ¿Kyouya estás ahí? – Tras la puerta Kaoru tocaba para adentrarse en la oficina, rápidamente el pelinegro soltó el paraíso de los labios de Tamaki.

– Si pasa – Se sentó como si nada ocurriese; “Nuevamente frio” ignorándolos de forma monumental el rubio salió de ahí ante la ojos de Kaoru que lo observaba minuciosamente.

– ¿Qué diablos fue eso? – Inquirió al administrador.

– Nada, solo buscaba un florero para las cursilerías de Mori – Contesto como si no le importara.

– Pero Kyouya, estas sangrando alarmado se acerco a él – De sus labios una escurridiza gota le mancho el labio, cuando besaba a Tamaki el le mordió antes de separarse.

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– Al fin, hoy al fin se casaran – Kaoru feliz se amarraba el corbatín para la boda.

– Kaoru… – “La falsa felicidad de mi hermano o la verdadera”.

– Kyouya me dijo que después de esto tal vez el y yo formalicemos ante las familias… Te imaginas él y yo… comprometidos – No tenía remedio, debía impedir la boda por la infelicidad momentánea o la completa desdicha durante toda la vida de su otra mitad. Sin decir nada salió de la habitación.

– Honey… si, por favor ven – Lagrimas de impotencia salieron de sus ojos en uno de los pasillos de la inmensa mansión a la que llama hogar, pasaron unos minutos en los que impaciente espero la llegada de Mitsukuni.

– Hikaru – Nadie más aparte de Kaoru lo conocía tan bien, llego hasta él y le abrazo.

– No podemos permitir que esta farsa se lleve a cabo – Sollozo.

– No puedo hacerle esto a Takashi, el lo ama – Confeso abatido.

– Pero Kaoru… lo sabemos… Honey, Haruhi y tu sabemos la verdad – Deseaba fundirse con el Haninozuka para estar así de sereno.

– Basta Hikaru…

– Si se lo contamos a Kyouya el lo detendrá así como la ultima vez…

– Lo de la señorita Eclair fue diferente.

– Sufrirá mucho yo lo sé, lo siento… siento que el llorara mucho si Tamaki se casa con Mori – Honey cerró los ojos, sabia a que se refería, Kyouya nunca olvidaría al rubio, nunca se entregaría por completo al Hitachiin.

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– ¿Estás listo Tamaki-sempai? – Preguntaba Haruhi al blondo mientras le ayudaba a acomodarse la yukata.

– Si – Le beso la mano a la chica – Seguirás siendo mi hija.

– Tamaki – Afuera de la habitación el galante novio toco informando que pronto debía salir.

Acaricio cariñosamente su vientre – “Es hora bebe, tu nuevo padre nos espera” – Escapar y llorar hasta no poder mas, es lo que en verdad deseaba, pero su pequeño se movió indicándole que debía ser fuerte.

Afuera una alfombra en color blanco le guiaba a una pequeña tarima donde feliz Mori le esperaba vestido de la misma forma que el. Avanzo lentamente entre un arco de flores, al atravesarlo las sillas ordenadas para la boda al aire libre se mostraron ocupadas en su mayoría, siguió caminado sin vacilar ante la mirada expectante de los invitados que debido a la premura eran pocos, entre ellos Kasanoda que no parecía complacido, Kaoru irradiaba alegría a diferencia de su hermano que no volteaba a verlo, Honey estaba al borde de las lagrimas, Haruhi… que rápida era ya se encontraba en su lugar como dama de honor “Que bueno que son pocos los invitados así mi pequeña se ve como lo que es una mujer” sonrio “¡Kyouya!”… él se acerco hasta tomar asiento junto a Kaoru. Llego con el estomago hecho nudos ante Mori.

– Empecemos con el enlace – El ministro que precedía la ceremonia se coloco frente a los contrayentes para comenzar… hablo de la necesidad de permanecer unidos, de sus derechos, de sus obligaciones hasta llegar a aquella parte – Suoh Tamaki, aceptas como esposo para amarle y serle fiel, corresponder en la medida que él te corresponde, cuidarlo, protegerlo, apoyarlo y ser parte integral de su familia a Morinozuka Takashi.

Su piel se erizo ni siquiera podía mirar de reojo a nadie temía que de hacerlo saldría huyendo del lugar pasaron largos segundos en las que no pudo pronunciar sonido alguno “Por ti lo hare Takashi”– Si, acepto – Salió de sus labios al fin.

– Morinozuka Takashi aceptas como esposo para amarle y serle fiel, corresponder en la medida que él te corresponde, cuidarlo, protegerlo, apoyarlo y ser parte integral de su familia a Souh Tamaki.

Sin titubear y mirándolo fijamente – Si acepto.

– ¿Los presentes no tienen ninguna causa o razón para que este enlace no pueda llevarse a cabo?

Kyouya intento levantarse de su asiento para impedir todo, en su mente solo figuraba estar con Tamaki el resto de su vida, no quería seguir callando sin embargo, fue detenido por los ojos suplicantes de Kaoru la mano del Hitachiin lo sostenía fuertemente del brazo – Yo… – Le susurro.

– Por favor, no lo hagas – Pidió el gemelo.

Mientras que con Mitsukuni sucedía lo mismo Hikaru quería impedir la boda, no deseaba que su hermano se mantuviera con Kyouya ya que sabía que jamás será feliz a su lado todo sería una ilusión que a la larga se desvanecería ante sus ojos y sufriría. – Hikaru, esto tiene que pasar yo tampoco quiero ver a Takashi sufrir pero no puedo causarle este daño.

– Pero…

– Dejalo…

– En vista de no haber nada ni nadie que contrarié esta unión por el poder que me ha sido otorgado por el Estado a partir de este momento los declaro legalmente como un matrimonio – Aplausos resonaron en el lugar impidiendo escuchar el crujir de una silla golpeada por un hombre que tan pronto los demás se levantaron a aplaudir el se levanto para esconderse y derramar lagrimas en algún lugar oculto de los ojos que pudiesen verlo “Tamaki… no”.

– Esto no tenia porque ser así…

– Lo se Hikaru pero es así como está destinado a ser, no podemos hacer nada por cambiarlo – Comentaba el amante de los dulces con una mano en el hombro de su novio.

– Podíamos cambiarlo, hacer que ellos recapacitaran – Contesto molesto.

– Sabes bien que aun interviniendo Tamaki seguiría con esto y Kyouya lo dejaría ser.

– Adelante por favor, pasen… – El padre de Tamaki cortésmente invito a los presentes a tomar asiento para el banquete que se llevaría a cabo en tanto los recién casados de la mano se encaminaban con el ministro para hablar sobre algunas firmas, después de dejar en claro algunas cosas legales el rubio sintió unos mareos.

– Te ves pálido será mejor que descanses – Sugirió el pelinegro.

– Es nuestra boda debo estar con los invitados – “Es como si… claro hasta ahora ¿me vas a causar malestares pequeño?”

– Solo ve a descansar un rato yo estaré con ellos, cuando te sientas mejor vienes – Le dio un beso en los labios que el menor correspondió tomándolo del rostro – Te amo… – El rubio sonrió para caminar por un largo pasillo…

“¿Tamaki-sempai?” – Haruhi que pasaba por el jardín vio como se dirigía a otra habitación, le extraño por lo que permaneció viendo lo que sucedía… De pronto como a hurtadillas Kyouya le seguía – “No pensara… tengo que detenerlo” se encamino hacia la habitación.

Lloraba desconsolado deteniéndose de un árbol, golpeando por momentos el tronco rugoso desahogándose por haber permitido que el amor de su vida se casara, respiro profundamente para evitar seguir llorando cuando vio pasar al flamante novio dio un vistazo a los lados y nadie… “Es mi oportunidad” ocultándose de quien pudiera verlo corrió hacia el antes de que cerrara la puerta.

– ¡Que! – Le impacto que el menor de los Ootori estuviese detrás de él… no pudo hacer nada ambos ahí entre cuatro paredes sin decir nada.

No podía pronunciar alguna palabra “Vamos Kyouya” se animo mentalmente – Te Amo – El corazón del blondo latió a mil, en su vientre un hormigueo le cosquilleo – Vámonos – Le miro suplicante tomándolo de la mano… – Huyamos de este lugar… no me importa nada solo vámonos.

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QUE LASTIMA

PARTE 3


Cuéntame si valen más sus rosas
En las noches tan hermosas que pasaste junto a mí


No podía pronunciar palabra alguna “Vamos Kyouya” se animó mentalmente – Te Amo – El corazón del blondo latió a mil, en su vientre un hormigueo cosquilleaba – Vámonos – Le miró suplicante tomándolo de la mano – Huyamos de este lugar, no me importa nada solo vámonos.

“¿Cuántas veces quise que me pidiera esto? Y viene a decirlo cuando ya no puedo corresponderle” – No… – Musitó.

– Tamaki ¡Por favor! aún estamos a tiempo, nos iremos lejos del país donde nadie nos conozca, buscaremos a tu madre, te cuidaré a ti y al pequeño que yace en tu vientre, lo amaré como si fuera mío, solo acepta.

“Absurdo”

– No – “Es realmente absurdo, ahora me quiere, nos quiere cuando al principio no hizo nada para recuperarnos”

Negaba lo que en lo más profundo de su ser deseaba, lo que en sus sueños se encumbraba – Vámonos – El rubio le dio la espalda cerrando los ojos cuando sintió los labios del moreno sobre su cuello besando pausadamente, no lo detuvo en el instante debido cuando esas manos que le conocían perfectamente se adentraron en sus ropas tocando su piel bajando suavemente hasta su vientre – Te ves hermoso, no deberías ocultarlo – Suspiró contra su oído estremeciendo cada fibra, abrió la yukata – Solo vámonos Tamaki, déjalo todo.

– Kyouya… – No pudo detener aquellas expertas manos que lo despojaron de las prendas, ni menos pudo hacer algo en contra de los suaves labios que le marcaban los hombros y la espalda – Nhn… – Salió inapropiadamente de su boca un gemido ahogado “Debo detenerlo”.

– ¿Recuerdas cuando nos escapamos a la playa?



– Vamos Tamaki, no me lo niegues – Ordenaba el pelinegro sin siquiera pedirlo por favor..

– Pero es el cumpleaños de la abuela, no debo faltar.

– No te preocupes, yo tomaré la responsabilidad de lo que suceda – Afirmó en medio de los brazos de Tamaki, que cedió. “No puedo dejar que vea a esa vieja bruja” pensó el pelinegro – Dilo una vez más.

– ¿Qué? – Sabía a la perfección hacia qué se refería el menor, el rubio ladeo el rostro con inocencia.

– Vamos – Pidió frunciendo los labios levemente.

– Te Amo – Contestó con indiferencia desviando los ojos, ante la complacencia del pelinegro que ágil le robo un beso. Aquel día fue el primero de muchos en los que huyeron de la familia del rubio, del terrible yugo bajo el cual mantenían a Tamaki y ¿Por qué no decirlo? de la jaula en la que aún se mantenía el Ootori. El cumpleaños de la anciana sólo era un pretexto para hacerla de casamentera “Vieja imbécil” dijo para sus adentros Kyouya mientras manejaba por curvas ligeras hacia una playa.

– Kyouya… - Pronunció mirando hacia la ventana abierta del auto, se le notaba por demás melancólico pero no añadió nada, solo sonrió acomodándose las blondas hebras que se mecían frente a sus ojos impidiéndole ver claramente al pelinegro.


– Llegamos – Una pequeña villa se alzaba ante sus ojos, rústica y perfecta para ellos, alejada del bullicio, alejada de manos poderosas que pudiesen separarlos. Kyouya salió hecho un rayo del auto para abrirle la puerta y sacarlo en brazos dándole un beso espeluznantemente ardiente.


– Uhm… - Enrojeció hasta los oídos al saberse descubierto, el pelinegro rió sobre sus labios para después estallar en risa – ¡No te rías! – Avergonzado ocultó su rostro en el pecho del pelinegro.


– Eres tan lindo… - No le importó el valor del auto por lo que lo cerro de una patada, Tamaki se removió entre sus brazos pero no lo soltó, cual recién casados entraron a la cabaña reservada para su fin de semana de ensueño.


– Kyouya ¿Qué haces? ¿No desempacaremos? – Interrogó al ver que el menor lo que hacía era tocarlo inapropiadamente despojándolo de sus prendas – Ahhh – Gimió cuando el Ootori le lamió el oído.


– Vamos, dame la bienvenida – No entendía a que se refería y lo demostró con un gesto – Es como si fuéramos recién casados – Comprendió.


– Bienvenido a casa cariño – Se colgó del cuello del pelinegro lamiendo sensualmente su cuello rasgando por encima de la playera el hombro de su amante.


– Tamaki, Tamaki – Repitió lleno de deseo – Siempre serás mío.


– Por siempre amor – Entrelazaron sus manos mientras el menor se introdujo lentamente en su cuerpo – Nhn… Ahhh… ahh… – Entró por completo ante la complacencia del rubio – Ahh… Kyouya… Te Amo – Cerró los ojos, desbordante de pasión al ser tomado.


Aquel fin de semana fue el más placentero para los dos; al regresar se enfrentaron cada quien con sus respectivos padres: A Kyouya le valió otra bofetada apenas entró a su casa, nada fue distinto a la última vez, ni una replica salió del pelinegro ante los reclamos de su padre “¿Cómo pudiste hacer esto? ¡Sabías lo importante que era presentarte con aquellos socios y tenías que irte, además la familia Souh estuvo de fiesta, tuve que dar la cara por ti!” simplemente se dejó hacer. Para Tamaki la situación fue sobre la misma línea, la diferencia era que no se trataba de su padre, sino de la abuela, la que nuevamente le riñó


“-Estúpido mocoso, no pudiste ni presentarte a mi cumpleaños y así pretendes llamarte mi nieto”


“-Yo no te he pedido nada” – Contestó con temor Tamaki, y con eso se retiró de la presencia de aquella fría anciana a la cual difícilmente se le volvió a acercar a menos que la etiqueta así lo marcara.




– Si, lo recuerdo – Un escalofrió recorrió su espina dorsal cuando el aliento de Kyouya chocó contra su piel tan ardiente a tal punto que sus entrañas se llenaron de un intenso calor.

– Repitámoslo, pero esta vez no volvamos – Besó la piel desnuda de Tamaki, su suave y distintivo aroma entró a sus pulmones llenándolo de vida, vida que jamás tendría al lado de Kaoru.

– No – Se separó acomodándose sus ropas – Eso nunca más sucederá – Se aseguró de sonar decidido.

– ¡No puedes decir eso! ¿Acaso no valió nada lo que pasamos juntos? – Preguntó molesto por la actitud indiferente del rubio.

– Es lo que yo digo ¿no valía más buscarme cuando recién termínanos? – Contestó con tristeza mientras envolvía con sus manos su vientre.

– Tú terminaste conmigo - Agachó la cabeza arrepentido de no haber seleccionado correctamente sus palabras.

– ¿Lo ves? ¡Ni siquiera te esfuerzas por aceptar que lo nuestro ha terminado! - “Es lo ultimo, bebé perdóname” – No vale la pena seguir así – Se acercó a la puerta saliendo de esa habitación donde el Ootori lloró con amargura, dos veces en un mismo día, dos veces había perdido a su verdadero amor.

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– Mori-sempai ¿Dónde esta Tamaki? ¿No se supone que debería estar aquí? – Preguntó Kaoru con cierto tono mordaz.

– Se sintió cansado – Honey veía todo lo que decía el pelinegro a distancia, después de que Kaoru se alejara él se acerco al mas alto.

– Takashi – Pronunció con cierta pena sin siquiera poder explicarlo.

– Mitsukuni – En su voz se percibía tranquilidad – El está en su noche de bodas – Cada palabra impactó al rubio – Tú al igual que él creen que no me doy cuenta de lo que sucede a mi alrededor, yo en verdad le amo más que a cualquiera, por eso estoy dispuesto a dejarlo despedirse adecuadamente de Kyouya-sempai, después de hoy Tamaki y el bebé me pertenecerán.

– Takashi… de… bes… estar bromeando – Tartamudeaba al imaginarse todo lo que debía saber el más alto.

– No, sé muy bien que esos dos se aman pero de igual forma sé que Tamaki será incapaz de engañarme nunca mas después de hoy, parece locura pero es lo mejor para todos, además el tendrá un hijo mío, no hay mayor prueba del amor que me dedicará de ahora en adelante – Lágrimas salieron de los ojos de Honey al imaginar el dolor de Mori. – Mitsukuni, no lo juzgues, no me juzgues a mí – Sonrió lleno de paz.

El blondo no podía decir nada, aún con lagrimas se marcho en búsqueda de Hikaru, cuando lo encontró le pidió salir del lugar y cuando por fin estuvieron lejos habló

– Esto esta mal, no debería ser así de ningún modo, esto debería ser de otra forma.

– ¿De que hablas?

– De todo – “Debo mantener esto en secreto” – lo siento, finalmente me afectó la boda – Contestó rápidamente.

– Ahora no se que será de Kaoru – Dijo con pesar.



Haruhi siguió sigilosa a Tamaki, cuando salió de donde estaba lo vio caminar por un largo corredor, al sentirse solo se agacho llorando sosteniéndose de la pared.
– Tamaki-sempai – Habló despacio acercándose, el rubio se sintió morir, termino por sentarse en el suelo abrazando la cintura de la castaña – Ya, tranquilo – Acarició maternalmente sus cabellos – Todo paso.

Después regreso a la fiesta donde un flamante Mori se le acerco para llevarlo a la mesa principal, apenas y probó bocado cuando sintió a su hijo no desear mas, en cambio, quería un poco de pastel.

– ¿Qué, deseas algo mas? – Preguntó el mayor.

– Bueno, yo… – Se sentía culpable, si bien no había hecho nada con Kyouya tampoco era correcto mantenerse a solas con alguien que no era su esposo.

– Te daré lo que me pidas, cualquier cosa será tuya si lo dices – Esas dulces palabras le hicieron sentir peor – Vamos Tama-chan, dilo – Habló a su oído.

– Quiero pastel – Dijo con duda y un poco de temor. El mayor se levantó de la mesa y caminó hacia uno de los camareros que inmediatamente llevó un pastel piramidal de 7 divisiones, no era el clásico de color blanco, éste tenía líneas rosadas que aseguraban su sabor a fresa y caireles cayendo alrededor, no tenia ni una sola rosa, en cambio parecía como si en él hubieran esculpido pequeños ramilletes de hortensias con colores rosados y violáceos. En la punta no estaban las figuras de ellos sino una imagen en miniatura del oso de Tamaki, aquel que tanto amaba.

– Takashi – Pronunció débilmente, completamente maravillado.

– Te Amo Souh Tamaki – Le dio un beso en los labios frente a los invitados que aplaudieron la muestra de amor.

– Después de todo, el si será feliz – Pronuncio Hikaru.

– No digas eso – Desvió la mirada sabiendo el dolor que embargaba a Mori.

– ¿Dónde demonios estabas? – Kaoru reprendió a un recién llegado Kyouya.

– Cierra la boca – Lo ignoro encaminándose a unas copas de vino que le seducían.



Ese día fue el último evento al que Kyouya asistió acompañado de Kaoru, no podía salir de su trabajo, no quería, si por un instante intentaba descansar su mente se llenaba de Tamaki y no quería, su salud se deterioró a tal punto que adelgazó mucho en menos de una semana, el Hitachiin trató de varias formas acercarse a él pero no podía, el muro era inquebrantable hasta que un día el pelinegro lo citó en la oficina del Host.

– Kaoru, no podemos seguir – Esta vez lo haría bien y para ello necesitaba estar completamente libre, en último momento pensó claramente los pasos a seguir si quería recuperar lo que, el creía, aún le pertenecía.

– ¿Qué? ¡Pero tú habías dicho que tan pronto Tamaki se casara tú y yo formalizaríamos nuestra relación! – Dijo con temor, se había esforzado al máximo para mantener aquello y no podía permitir semejante cosa.

– Lo siento pero yo no… nunca podría amarte – Con la característica frialdad que lo hacia único lo dijo – Kaoru – Recibió una bofetada, pronto unas lagrimas se derramaron de los ojos del Hitachiin que rodaron caudalosas por sus mejillas, en el fondo se imaginaba que eso sucediera pero se negaba a aceptarlo.

– Me estuviste engañando.

– No Kaoru, nos engañamos mutuamente, tú por mantenerte a mi lado y yo por creer que algún día en verdad te amaría.

Kaoru se dió por vencido, lloró en los brazos de su espejo, trató de controlar el desgarre que se había hecho dentro de si, de cerrar esa gran herida, pero no podía encontrar refugio alguno. No lo obligaría, a diferencia de Tamaki el no podía retener a nadie junto a si.



Mi amor que lastima y que pena
Me da por él y que crea
Que lo quieres más que a mí
El no sabe que lo engañas
Que me quieres, que me extrañas
Y no te olvidas de mí

– Amor ¿Crees que me veo gordo? – Preguntó desde la puerta del baño que tenia en la habitación de Mori; cada vez era mas visible su estado, en su cuerpo se veían los seis meses de gestación que el fingía eran 18 semanas.

– No… en realidad creo que te ves hermoso – Enrojeció hasta los oídos, su pijama era holgada pero se veía perfectamente su redonda silueta, el pelinegro lo observaba desde la cama, sentado, admirándolo.

– Deja de verme – Pidió con cierta vergüenza, cubriéndose con las manos su pancita.

– Tamaki – Con los ojos pidió que se acercara, cosa que el rubio hizo tímidamente hasta llegar frente a él, Mori le beso su prominente vientre– Quiero hacerte mío – Le habló fuerte mirándolo fijamente, cerró los ojos permitiendo que el pelinegro le subiera la camisa besando pausada y cariñosamente la piel a su paso, el día de la boda no habían hecho nada, aún y con las ligeras insinuaciones de Tamaki el mayor lo esquivo cortésmente, no entendía su reacción pero eso le hacia feliz.

– Nhn… – La mano de Takashi se introdujo entre su pantalón despertando su miembro con suaves caricias, lentamente se recostaron en la cama y en medio de besos y arrumacos se entregaron. Su desvanecida cintura fue mimada, su cuerpo descubrió un calor por demás abrasador, esa noche se sintió amado por completo, pertenecía a Takashi y su corazón aprendería eso.

– Ya están tus papeles de baja temporal, tu padre me los dio ayer, mientras tanto yo te daré clases en casa ¿Qué te parece? – Su voz parsimoniosa a un lado, tomándolo firmemente, entrelazado sus manos contra el pecho del rubio.

– Si, amor – Se giró para quedar de frente, cerró los ojos para ser besado “Tamaki, me perteneces” la voz de Kyouya en su mente invadiéndolo. – Ky… - El pelinegro se separó abruptamente, el rubio no sabía que pronunciar.

– Voy a pedir la comida.

– No espera, llévame a la habitación – Pidió sin desearlo realmente, Mori obedeció, se dirigieron a su lecho, esa noche nada ocurrió entre ellos, no paso de pequeñas caricias y besos.



Se sentía frustrado, no podía acercarse a Tamaki. Siempre a toda hora Mori lo acompañaba haciendo imposible que el pudiese hablar a solas con el rubio. Pero descubrió que este se presentaría a una cita al día siguiente en el hospital que administraba su hermano mayor. “Es el momento” pensó. Espero pacientemente, oculto en la entrada de la mansión de la familia de Takashi, con ayuda de unos cuantos trucos le permitieron pasar.

– Buenas Tardes… Ooto… – Vio con terror que se trataba del menor de los hermanos, él había accedido a hacerlo pasar creyendo que era alguno de los mayores.

– No me eches – Habló con suavidad, inclinando la cabeza.

– Pasa – No podía hacerlo, después de todo era un representante de la familia Morinozuka, lo invito a la sala en donde se sentaron en un silencio incomodo. Debido a su estado el rubio no se sentía a gusto en los sillones por lo que se sentó en una hermosa silla de madera.

– He venido a… pedirte que nos vayamos – El rubio se sobresaltó.

– ¡No te acerques a mi! – Gritó Tamaki levantándose abruptamente de la silla, a sus casi ocho meses su cuerpo ya no era tan ágil, pero trató de ser veloz para alejarse.

– Sabes que te amo – Dió unos pasos, los mismos que retrocedió el rubio.

– ¡No! Y lárgate de mi casa, no quiero verte mas, nunca más, estoy harto… ahora que estoy casado, que estoy formando un hogar vienes a hacer semejante escena.

– Yo te pedí que nos fuéramos para no volver – Contestó con pesar.

– ¡El día de mi boda! – La actitud del moreno le enfurecía.

– Pero lo hice – En realidad deseaba que todo terminase bien para ambos.

– No quiero nada de ti, no te necesito.

En ese momento Mori, que regresaba de entregar los documentos para la hospitalización del rubio por el alumbramiento, entró y vio con ira la forma en la que Kyouya sostenía del brazo a Tamaki además del evidente forcejeo de éste para zafarse.

– Mori – Pronuncio tímidamente el rubio, el menor de los Ootori miró hacia la entrada, ahora era el momento de aclarar las cosas de una vez por todas.

– Aléjate de el – Ordeno el más alto.

– ¡No! – Gritó el.

– ¿Quién eres tú para negarte a hacer algo que mi esposo quiere? – Recalco el poderío legal que tenía mientras el menor desviaba la mirada, aquello era una cachetada con guante blanco.

– No sabes lo que dices.

– Cállate – Tamaki le dio un golpe en el rostro y caminó lo mas rápido que su estado le permitía hacia Takashi que también quería “darle su merecido” – El ya se iba – Le miro despectivo – Solo ha sido un mal…

– ¡Es mentira y tú lo sabes!

– Kyouya, tienes 5 segundos para salir de mi casa, 1, 2… – Pronunció aguantando el coraje Mori.

– No me voy hasta que sepas la verdad.

– Basta, debes estar loco – Dijo el rubio entre lágrimas.

– El tiene que saberlo porque me imagino que no le has contado sobre la boda y antes de eso en mi oficina o de cada vez…

– Es todo – Morinozuka, que se había mantenido en sus cabales no se reprimió mas, descargando su ira sobre el Ootori lo tiró de un golpe al suelo, ya encima de él le golpeó más, no como su adiestramiento le daba capacidad, pues por su amistad no le mataría; Tamaki quería detenerlos pero tuvo mayor fuerza el miedo de perjudicar a su hijo, le atacaron los nervios de ver a Kyouya sangrando y solo les arrojo un jarrón que cayó cerca rompiéndose en varios pedazos.

– Vete de nuestra casa, por respeto a la amistad que te tenemos esto será como si no hubiese pasado, pero si alguna vez vuelves a hacerlo no me importara ser el que haga ver tu nombre como algo sin valor ni respeto – Hablo el rubio, Mori se levanto y lo tomó de la mano en tanto Kyouya completamente decaído salía de aquella habitación.

Eso era el fin a la historia que alguna vez había sido de amor, ese era el final ansiado y esperado, no como quería que fuera, pero no hubiera esperado que fuera tan terrible.

– Nhhaa… – Gritaba de dolor.

– Tamaki… ¿Qué sucede?

– Aghh… Mori… el bebe… – Nueve meses para el… su vientre había redondeado su figura y ahora a mitad de la noche su primogénito pedía salir al mundo, conocer lo que el veía a diario. Durante su embarazo no había querido saber el sexo de su pequeño por lo que ahora demás de las contracciones estaba la emoción de saberlo. Mori había entrenado y esperado el día, pero no era tan fácil como supuso, los nervios lo atacaron y al salir de su lecho se resbalo cayendo de cara al piso – Takashi… nhn – Apretó con fuerza las sabanas – ¿Estás bien?... Ahhh – Un líquido salió de su interior.

– ¿La fuente? – Dijo el pelinegro, nervioso lo tomo entre sus brazos, agarro la maleta preparada para la situación y se encamino al auto, desde ahí telefoneó a Honey.

– Tranquilo, recuerda las técnicas de respiración – Indicaba con miedo.

– Oh… esa estupidez no sirve… Aghh no puedo… – Casi gritaba el heredero de los Souh.

– Ya casi, aguanta – Decía el pelinegro manejando cautelosa pero rápidamente.

– ¡¿Qué mier…?! – Otro dolor agudo. El hospital más prestigioso después de los Ootori esperaba con una camilla en el estacionamiento, subieron al rubio a la sala de partos ubicada en un quito piso, ahí su médico esperaba.

– No sé por que me ha pedido venir a este lugar – Decía a Mori que solo contestó “Ocúpese de sus asuntos” y nada más, poco después Tamaki se encontraba listo para dar a luz, rodeado de monitores y especialistas pronto fue sedado, el pelinegro en ningún momento se alejo de él, veía como el cirujano hacia una incisión en su vientre, la respiración acompasada del rubio seguía un ritmo lento.

– Oh… aquí esta – El primogénito del Morinozuka había nacido, un hermoso varón que al verse por primera vez descubierto del suave calor protector de su progenitor profirió un llanto casi melodioso para Mori.

– Es un varón – El galeno lo pasó a la enfermera que de inmediato procedió a limpiarlo, lo revisó y cubrió. Takashi apretó la mano de Tamaki y luego la besó “Gracias” susurró.
Honey arribó al hospital en compañía de Hikaru, al cabo de horas Mori salió a su encuentro, rebosante de felicidad dió la gran noticia.



El no sabe que me esperas
Y que cuando te le entregas
Piensas solamente en mí

En cambio Kyouya se enteró por medio de un mordaz Kaoru, quien le dió la noticia de forma socarrona.

– Lo quiero para mi, no importa si ha dado a luz a un hijo de Mori, él me pertenece – Decía furioso sin poder detener la rabia que se desbordaba de manera incontrolable, sentía como si él debiera de ser el que acompañase al rubio en su alumbramiento– La mano que él debía sostener era la mía, ese niño debía ser mi hijo.

– Basta Kyouya – Su hermana escuchaba con dolor sus reclamos pero ya nada se podía hacer.

– Yo lo sé, sé que cuando Mori le hacía el amor el solo pensaba en mi, el solo deseaba mis manos circular por su afiebrada piel, solo quería ser cubierto por mis besos.

Esa noche fue la peor para el menor de los Ootori, esa noche sintió que por fin había perdido.
Al despertar Tamaki se encontraba rodeado de varios ramos de flores, unos de Mori, otros de Hikaru y de Honey, lentamente se acostumbro a la luz que entraba por su ventana, su cuerpo dolía horrores pero la emoción de conocer al ser que se había gestado en su interior era más fuerte.

– Es hermoso – Escuchó, a su lado el pelinegro lo veía amoroso.

– ¿Dónde…? – El más alto se levanto silenciosamente, al cabo de unos segundos de salir regreso con un pequeño bultito entre brazos, que asomaba una cabecita de cabellos negros. Tamaki estiro los brazos ansioso.

– Oh, por Dios… – “La viva imagen de su padre” se dijo, el pequeño era blanco como leche, pero de cabellos negros, su carita regordeta se veía apacible, sus labios, su nariz, en definitiva se parecían a Kyouya, lentamente el pequeño comenzó a abrir los ojos… una prueba delatora…

– ¿No crees que debiste haberlo mencionado? – Su voz no dejó de ser cariñosa, instintivamente el rubio llevo al recién nacido contra su pecho.

– Yo… – No sabía que contestar ni como reaccionar, Mori no era tonto, no podría engañarlo – Lo siento – Si quería ser medianamente feliz tendría que afrontar con determinación lo que sucediera.

– Esta bien – Acarició al pequeño – Los amo a los dos, amo a nuestro pequeño y a ti, nada cambiará eso – Besó su frente, esbozó una sonrisa – ¿Y su nombre es…?– Tardó un rato.

– Ta… Takashi como su padre – El pelinegro sonrió gratificado. De un momento a otro Hikaru, Honey y Haruhi entraron, con diferentes obsequios.

– Bienvenido – Dijo la única chica, observando con dulzura al bebé.

– Es hermoso, casi como mi Usa-chan – Vitoreó alegre.

– Es cierto, ¡Que bonito! – Después de abrazos, platicas sobre el nombre y felicitaciones uno a uno se fueron despidiendo para permitirle descansar al padre primerizo, todos los varones salieron, sólo Haruhi se quedo. El rubio entregó a su pequeño a la castaña que lo depositó en una cunita.

En su interior mil bombas hicieron explosión destruyendo todo a su paso, deshaciendo cada parte de lo que alguna vez fue, extinguiendo cualquier tipo de amor que yaciese inerte esperando a ser despertado, llamado a una oportunidad, ya no podía hacer nada más que sobreponerse a aquel desastre y tratar de llevar una “Vida” esa palabra tomó otra connotación, ahora solo era el vestigio de lo que alguna vez fue; derramó lágrimas igual que antes, igual que siempre, los hermosos ojos violetas llenos de vida se tiñeron de un rojizo doloroso, un río de lágrimas surcó el rostro frágil y divino, trató de detener las lágrimas con sus manos, con esfuerzo las retiraba pero esas malditas gotas no se desvanecían, al contrario, se hacían cada vez más intensas como si lo único que hiciese fuese abrirles paso.

– ¿Estás bien? – Con desesperación se dio vuelta abrazándose al cuerpo de su hija, arrugando el hermoso vestido azul ceñido a su pequeño ser. Nada quedaba, pero entonces ¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué esa sensación la sentía tan cercana a la muerte? Las respuestas llegaban a su mente sin forma, sin ningún sentido – Mañana será otro día Tamaki-sempai.

Mañana, no quería un mañana, deseaba un ayer que fue y desapareció, un ayer que no volvería. Suoh Tamaki, ese era el, aquel que decidió dejar la indiferencia para darle paso al calor de un enamorado interesado en el, que prefirió darle un nombre al pequeño que se formaba dentro de sí a darle un verdadero padre. Un error era lo que estaba haciendo pero no existía intención alguna de resarcirlo sino de aprender a vivir con las consecuencias de todos y cada uno de sus actos.

En verdad que era una lástima haber cometido tantos errores sin un atisbo de arrepentimiento, sin ni siquiera tratar de enmendarlos, que lástima de su hijo que le diría padre al que solo le sirvió de consuelo y no al que lo engendro, una completa lástima seguir enamorado de una persona distinta a su esposo.


-FIN-